lunes, 2 de abril de 2012

ETERNO (II)

ETERNO

Quería vestir de blanco —desechando una suculenta oferta del Barcelona— y acabó cumpliendo su sueño, aterrizando en el Bernabéu para comenzar una historia de amor, fidelidad y comunión con la grada de Chamartín. En el coliseo blanco, genio y figura, fue capaz de enardecer al madridismo hasta hacerlo suyo, protagonizando noches de remontadas heroicas, en noches locas de transistores, donde Juan y sus compañeros convertían el Bernabéu en un terremoto gigante de emociones que desintegraban la lógica del fútbol. Hacía crujir las cinturas de alemanes a su paso, mientras él apretaba los puños, todo coraje, para dejar un reguero de gigantes teutones a su paso. Titán de partidos calientes, orgullo de la grada en los derbis, enemigo público número uno del barcelonismo y estandarte del madridismo, ‘El Cabezón’ fue la bandera del Madrid.

Extraído de 'Juan, el cabezón'
http://www.jotdown.es/2012/03/ruben-uria-juan-el-cabezon/