jueves, 29 de septiembre de 2011

Una ilusión y una sospecha


Me cuesta encontrar una palabra que defina mis sensaciones respecto al equipo de baloncesto. Es evidente que esta vez sí se han hecho bien unas cuentas cosas, algo a lo que no estamos muy acostumbrados (Rudy, la vuelta al Palacio, la apuesta por Velickovic...). Otras, sin embargo, me resultan bastante sospechosas, principalmente la contratación de un novato en el banquillo, Pablo Laso. Pongamos todo en orden...


Lo bueno

-El fichaje de Rudy supone un salto de calidad indudable y un gancho para el aficionado medio, que debería volver en masa al Palacio de los Deportes. Él debe ser ahora mismo la referencia y el líder sobre la cancha, aunque, ojo, poniendo su talento al servicio del conjunto, sin creerse más de lo que es (que es mucho).


-Mirotic: la gran esperanza blanca. Para mí, incluso, más que Rudy. Con tiento y paciencia, hay que darle todo el carrete que demande, sin miedo.


-Velickovic... de cuatro: habría sido una temeridad desprenderse de él. Reconozco que su fortaleza mental me despierta algunas dudas, por su entreguismo ante los castigos del dúo italiano, pero era obligatorio apostar por él en su posición natural. Es su hora, no hay excusas.

-Me gusta el juego exterior que se ha formado: Pocius, Carroll, Rudy y Suárez. Cuatro jugadores muy complementarios que pueden ofrecer mil combinaciones según las necesidades. Puede que falte algo de altura, pero ganamos una barbaridad en tiro exterior, una rémora el año pasado.

-Tomic: esta es ya su tercera temporada (o dos y media) en Madrid, pero lo incluyo dentro de lo bueno porque me parece una joya, infravalorada a veces. Fino y elegante, espero que gran parte del juego pase por él. ¿Cuántos pívots hay en Europa mejores que el croata de espaldas al aro? Espero también de él que sea menos irregular y menos blando, dos aspectos en los que no termina de avanzar.

-La vuelta al Palacio de los Deportes. No tenía muchas esperanzas de que se enmendara el disparate de la Caja Mágica...pero a veces nuestros dirigentes nos sorprenden (para bien). Reúne todas las condiciones para que se recupere el añorado ambiente de Vistalegre.


Lo malo (o sospechoso)...

-La pareja de bases (Llull y Sergio Rodríguez) no parece ahora mismo la más consistente. El primero porque lleva un año y medio sin pasar por ahí de forma continua. Y el segundo porque ya no sabemos si podrá convertirse en un jugador fiable y regular, apto para el baloncesto europeo, en lugar de un genio de chispazos ocasionales (o muy ocasionales). Por mucho que las intenciones de Laso de apostar por las transiciones rapidas (ahora vamos con eso) le vengan bien, solo será válido si es capaz de jugar bien en estático, con una buena lectura del juego.

-No me gustó la salida de D'Or Fischer. Sus características se complementaban mejor con Tomic. Se queda Begic, que puede y debe aportar más que el año pasado (no es difícil), pero su juego me parece muy similar al del croata, aunque no tan definitivo. Podemos echar en falta la contundencia bajo los aros que aportaba el americano.

-Y Laso... Para mí, la madre del cordero de todo. Hay que recordar en estos momentos de ilusión por la llegada de Rudy que su contratación provocó una manifestación en el Bernabeu, como síntoma del hartazgo de una masa social despreciada y olvidada por el club. Su fichaje fue interpretado como un paso más hacia la sentencia de muerte de la sección. Luego ha venido Rudy, se han realizado movimientos con sentido (Pocius, Carroll, Velickovic, el regreso al Palacio...) y bueno... todo ha pasado a un segundo plano. Yo sigo creyendo que es una temeridad.

Como premisa general, creo que en los deportes de equipo la influencia de un entrenador es grande. Ejemplos sobran... ¿Por qué siempre gana Obradovic? ¿Siempre tiene la mejor plantilla?

Con las posibles vías de fuga ya comentadas (posiciones de base y pívot), probablemente el Madrid ha montado la plantilla con más talento de los últimos años, pero en la que la mano del entrenador va a resultar capital para, por ejemplo, hacer que Rudy sea diferencial sin perder el sentido colectivo, explotar la veta de Mirotic, hacer creer a Velickovic, sacarle todo el zumo a Suárez y Pocius, hacer de Sergio Rodríguez un hombre, apostar y endurecer a Tomic...

Me hace sospechar su intención de "querer correr, de jugar un baloncesto alegre". Suena bienintencionado y bonito, pero la realidad suele ser más fea y agreste. Al baloncesto se juega ahora de otra manera y ganan los que juegan de esa otra manera.

Con Rudy o sin él en el momento clave de la temporada, hay una cosa que sí tengo clara: el Madrid solo será competitivo si es capaz de defender y rebotear muy bien. Estos son los cimientos de un buen equipo y espero que Laso lo vea igual. ¿Por qué el año pasado llegamos a la F4? Por la defensa y el rebote, principalmente.

Reconozco que, si me dan elegir entre Obradovic o Rudy, me quedo con el primero. Ojalá mis temores se desvanezcan...

viernes, 23 de septiembre de 2011

Ni paz ni victorias

Todo lo que necesitaba el Madrid en este inicio de temporada es todo lo que no está teniendo: victorias y paz. De repente, el equipo ha empezado a jugar mal y el rendimiento de jugadores clave se ha desplomado. Tal vez sea un bajón típico después de un esfuerzo (mental y físico) grande en la pretemporada y Supercopa. Tal vez sean problemas internos, como ya empiezan a comentar algunos... El runrun sobre posibles divisiones dentro del equipo y cierto desafecto de parte de la plantilla hacia Mou es cada vez mayor. Yo ni me lo creo ni me lo dejo de creer. Como siempre, eso surge o toma cierta relevancia cuando los resultados no son los esperados, como ahora. Habrá que esperar para ver cuánta verdad hay en todo esto.

Yo insisto en que el ruido debe bajar. Soy claramente de Mou, creo que el equipo ha dado un salto competitivo con él grande, pero empiezo a temer que su dimensión social y mediática se coma a la deportiva y, con esto, al equipo. Me gusta su espíritu castrense, su obsesión por cerrar el vestuario a los medios, pero me disgustan sus purgas indisimuladas.

No me gustan y creo, además, que son poco inteligentes. Y esta es otra de las claves de lo que le está ocurriendo al Madrid. Nos encontramos ante un gran desafío deportivo y, sin embargo, no estamos siendo inteligentes para afrontarlo. A Mou le gusta el ruido, con el ruido siempre le ha ido bien allá donde ha entrenado, pero se tendría que dar cuenta de que aquí empieza a ser contraproducente. La sospecha de que funciona como un acicate para los polacos es ya casi una certeza.

Cuando hablo de falta de inteligencia me refiero también a cuando Ronaldo hace las declaraciones de "soy guapo y rico", Di María hace teatro y Kung Fu, el club no toma medidas para frenar impulsos psicóticos de Pepe... No me cansaré de repetirlo: paz y victorias. De lo contrario, el ruido nos va a devorar.

Con los dos empates del Barsa, podíamos estar ahora en una situación envidiable, agrandando la bola de un posible cambio de ciclo a la vista; sin embargo, miramos extrañados a un equipo que, por momentos, no reconocemos sobre el campo y escuchamos preocupados (y también con cautela) los comentarios de división. Es septiembre y ya estamos en un momento clave del año.