jueves, 17 de marzo de 2011

A Pedja lo que es de Pedja

El gran partido de ayer de Marcelo y su progresión como futbolista me trae a la cabeza un nombre: Mitjatovic. En los altares como futbolista, su labor como director deportivo fue muy criticada y, por más que lo intento, no encuentro la razón.

Él fue quien fichó al brasileño y a otros tantos jugadores que han dado, o están dando, un gran rendimiento: Higuain, Marcelo, Van Nistelrooy, Pepe, Rooben, Sneijder... Ay, sí todavía tuviéramos a estos dos...

Algunos, jóvenes promesas; otros, descubrimientos puros, todos ellos representaban un tipo de fichaje que, cuando Mitjatovic llegó a las oficinas del Bernabeu, el Madrid había olvidado en beneficio de la galaxia de Florentino. Jugadores con una gran progresión que iban a entregar en el Madrid sus mejores años y cuyo precio era asumible.

El montenegrino fue repoblando el vestuario blanco con este tipo de jugadores y, a la vez, afrontó la salida de futbolistas caducos que representaban el pasado (Ronaldo, Roberto Carlos...). Pero, incomprensiblemente, nadie le ha agradecido esta labor. Algunos prefieren recordarle a Emerson, Faubert, el error en la inscripción para la Champions entre Huntelaar y Lass...

El tiempo pone a cada uno en su sitio: Mitjatovic se sacó de la nada a gente como Higuain y Marcelo; apostó por un Van Nistelrooy que fue pichichi en España; consiguió que nadie se acuerde de los 30 millones de Pepe... Y Rooben y Sneijder... ¿alguien se imagina qué seríamos hoy con estos dos futbolistas en la plantilla? El de siempre los menospreció y los vendió para traer a los suyos.

Una de las cosas buenas que ha traído la llegada de Mourinho es la recuperación de este tipo de fichajes: Özil y Di Maria son los ejemplos más claros. Esta es la línea a seguir.

Vieja estampa V


lunes, 7 de marzo de 2011

sábado, 5 de marzo de 2011

No hay salida


El baloncesto en el Real Madrid sigue empeñado en autodestruirse, en olvidar su pasado glorioso e instalarse para siempre en la mediocridad. El portazo de Messina, motivado por su divorcio con los jugadores y la falta de entendimiento con el club, es una noticia nefasta cuyas consecuencias son impredecibles por lo negativas.

Se marcha por la falta de apoyo desde dentro y desde fuera. Un club que desde la salida de Sabonis ha ganado tres ligas, una Uleb y una Recopa pierde a un entrenador que tiene cuatro Euroligas.

Su dimisión es mala por lo que significa y la hace todavía peor por el momento: a solo dos semanas de jugarse el pase a la Final Four en unas condiciones a su favor (rival batible y con ventaja de campo, algo que históricamente suele ser decisivo). ¿Cómo ha tenido que ver las cosas el italiano para tomar esta decisión en este momento? El verano pasado, la salida podía haber sido justificable, por los malos resultados de un equipo montado por Messina, pero en este las cosas funcionaban relativamente bien y estábamos cerca de cumplir el gran sueño de la sección: la Final Four. En las próximas semanas y meses seguro que iremos conociendo más detalles de la intrahistoria.

La noticia pone en la picota a los jugadores y al club. Espero de los primeros que, si tan a disgusto estaban con Messina, den un paso adelante, no tengan baches como hasta ahora y demuestren que son más de lo que el italiano les ha dejado demostrar. Han quedado al descubierto, desde hoy ya no tienen escudo en el que justificar sus malas actuaciones. Parece que les sentó mal la salida de su amigo Garbajosa, un jugador en plenitud física que eligió venir a nuestro club a pesar de que tenía ofertas mucho mejores. Y que les echaba muchas broncas... El mensaje que lanza el club para el futuro es funesto: ¿qué entrenador de alto nivel va a querer venir aquí? ¿se contrató a un grande de los banquillos y se tiene que marchar por falta de apoyo?

Por la parte del club, Florentino se puede ir apuntando otra más al saco. A todos nos ilusionó cuando fichó a Messina, pensábamos que había una apuesta real por el baloncesto, pero, al primer tropiezo (temporada pasada), se demostró que todo era de cartón piedra. Contrató a Juan Carlos Sánchez (algo que provocó la salida de Maceiras, un hombre próximo a Messina), bajó el presupuesto y, como se ha demostrato ahora, no le ha dado plenos poderes a un entrenador que sabe muy bien el camino al éxito. En todo el año, Florentino no ha ido todavía a la Caja Mágica. Está claro que esto no le interesa nada. Si pudiera firmar la desaparición de la sección sin ningún coste, lo hacía ya mismo.

A nosotros sí nos interesa, y mucho. Y seguiremos estando ahí porque queremos, porque es lo nuestro y porque, seguramente, no sabemos no estar. Lo hemos pasado muy mal con los imbrodas, lamas, triples incomprensibles de maccabis, humillaciones del barsa, tres traslados de pabellón y muchas etcéteras... Y ahora que tenemos a un paso la Final Four, ocurre esto... Que a todo el mundo le quede claro que el club no piensa lo mismo que nosotros. Si algo hemos sacado en claro en estos 15 años en el desierto es que el baloncesto se reflota con dinero, jugadores y técnicos de nivel, y una apuesta clara y decidida. Los planes de club son otros: tener un equipo de la segunda fila que, de vez en cuando, dé alguna sorpresa. Oído cocina.