El gran partido de ayer de Marcelo y su progresión como futbolista me trae a la cabeza un nombre: Mitjatovic. En los altares como futbolista, su labor como director deportivo fue muy criticada y, por más que lo intento, no encuentro la razón.
Él fue quien fichó al brasileño y a otros tantos jugadores que han dado, o están dando, un gran rendimiento: Higuain, Marcelo, Van Nistelrooy, Pepe, Rooben, Sneijder... Ay, sí todavía tuviéramos a estos dos...
Algunos, jóvenes promesas; otros, descubrimientos puros, todos ellos representaban un tipo de fichaje que, cuando Mitjatovic llegó a las oficinas del Bernabeu, el Madrid había olvidado en beneficio de la galaxia de Florentino. Jugadores con una gran progresión que iban a entregar en el Madrid sus mejores años y cuyo precio era asumible.
El montenegrino fue repoblando el vestuario blanco con este tipo de jugadores y, a la vez, afrontó la salida de futbolistas caducos que representaban el pasado (Ronaldo, Roberto Carlos...). Pero, incomprensiblemente, nadie le ha agradecido esta labor. Algunos prefieren recordarle a Emerson, Faubert, el error en la inscripción para la Champions entre Huntelaar y Lass...
El tiempo pone a cada uno en su sitio: Mitjatovic se sacó de la nada a gente como Higuain y Marcelo; apostó por un Van Nistelrooy que fue pichichi en España; consiguió que nadie se acuerde de los 30 millones de Pepe... Y Rooben y Sneijder... ¿alguien se imagina qué seríamos hoy con estos dos futbolistas en la plantilla? El de siempre los menospreció y los vendió para traer a los suyos.
Una de las cosas buenas que ha traído la llegada de Mourinho es la recuperación de este tipo de fichajes: Özil y Di Maria son los ejemplos más claros. Esta es la línea a seguir.
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