martes, 27 de julio de 2010

Día 1 d.R.

Pienso en Raúl, en partidos suyos, en goles concretos, y me salen muchos, pero no termino de quedarme con ninguno. Raúl no era un partido o un gol, lo era todo. Le daba igual un encuentro en Sabadell que en el viejo Olímpico de Múnich.

Una competitividad extrema ha guiado su carrera. Nadie ha sido capaz de aguantarle la mirada dentro del área. Con los rivales fue tan elegante como implacable. Y dentro de su vestuario, por lo que se ha ido sabiendo, era tan modelo a seguir como complejo.

Él, como Hierro, la Quinta, Camacho..., representan el viejo Madrid, un viejo modelo de capitanía, férrea y jerárquica. Ahora Casillas toma el mando por completo, apoyado en el grupo de españoles campeones del mundo, y su estilo seguro que será distinto. Veremos si tan eficaz y exitoso. No es lo mismo ser jugador estrella que capitán.

Se abre una nueva época, y el Madrid, tan dado a la mística, vive ahora cogido con alfileres, sin muchos referentes de la casa con peso en esa caseta.

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